Las esculturas en relieve que aparecen en la primera serie de fotografías provienen de la fachada superior del Osario o Tumba del Gran Sacerdote. Las fotografías se tomaron fuera del campamento arqueológico en febrero de 1998 y en junio de 2000.

Dos de estos relieves se exhibieron en la exposición que sobre los mayas se presentó en Venecia y en la Ciudad de México en 1998 y 1999. El arqueólogo Peter Schmidt, director del proyecto de Chichén Itzá, describió uno de los relieves en el catálogo de esta exposición, del que fue también co editor (Schmidt et al., 1998: 532, fig. 67).

Según Schmidt, el personaje es un bailarín que sostiene "lo que parece ser un tambor de mano de dos secciones, parecido al de Nabalam." Lleva un cinto de cuerda y pendientes similares a los de los seres sobrenaturales llamados Pawahtunes, de quienes se creía sostenían las cuatro esquinas del Universo. Schmidt describe el objeto que el personaje sostiene en su mano derecha: El cetro representa una transición ideal entre los cetros de serpiente y los de la pierna del dios Bolon Dzacab de los mayas del período Clásico, y el abanico con pata serpentina que llevaba el linaje ancestral de los Xiu en uno de los primeros documentos coloniales yucatecos. Schmidt identifica la presencia de frutos de cacao entre lo que parecen ser granos, frutas, joyas y plumas en torno al personaje. Señala que también hay cacao asociado con las noventa y seis aves míticas que adornan los niveles superiores del Osario. Sus rostros son los del Dios K, la deidad con pierna serpentina. Entre el programa iconográfico del Osario se cuentan símbolos de Venus en sus formas maya y mexicana, así como serpientes emplumadas, volutas de nubes y máscaras de estilo Puuc.

Al describir a un segundo personaje, que parece "ser capturado mientras ejecuta una danza con giros," Schmidt señala la máscara de ave y la alta tiara en forma de espiral que culmina con formas parecidas a almenas, con una flor en el centro. Los brazos aparecen extendidos de manera rígida; una mano sostiene un cetro con cabeza de serpiente, en tanto que la otra sostiene un instrumento musical. "Alas" con plumas penden de los brazos del "hombre-ave."

En un artículo escrito para Arqueología Mexicana, Schmidt (1999) describe la escultura en relieve de la segunda serie de fotografías como "un hombre con aributos de serpiente y un ave."

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