Las menciones más antiguas al sitio de Uxmal que sobreviven como documentos se remontan hasta los primeros días del período colonial. Las referencias indígenas más importantes a esta antigua ciudad aparecen en los libros proféticos de los Chilam Balam. Estos libros, aunque escritos ya durante la Colonia y con caracteres latinos, tienen sus antecedentes directos en la literatura de la era prehispánica. La relación española más antigua que se refiere a Uxmal es la Relación de Tib y Tek, que forma parte de las Relaciones histórico-geográficas de Yucatán, preparados a petición de Felipe II en 1577. El famoso cronista de los primeros años de la colonia, fray Antonio de Ciudad Real, también menciona a Uxmal en su Tratado curioso y docto de las grandezas de la Nueva España. Fray Antonio visitó Uxmal en 1588, en su carácter oficial de relator del comisionado eclesiástico, fray Alonso Ponce. Su descripción de la antigua ciudad es, por mucho, la más extensa y detallada que se haya escrito en aquellos tiempos.

Para encontrar la siguiente referencia a Uxmal hay que esperar hasta 1639, cuando Pedro Sánchez de Aguilar publica su Informe contra idolorum cultores.

Hacia finales del siglo XVII, fray Diego López de Cogolludo publica una descripción de las ruinas de Uxmal en su Historia de Yucatán. En ella menciona, por primera vez, los nombres que la imaginación popular había dado a algunos de sus edificios. Es interesante hacer notar que estos nombres han sobrevivido hasta nuestros días.

Un siglo y medio han de pasar hasta poder encontrar la siguiente mención al sitio. El siglo XIX trae consigo la gran era de las exploraciones. Así, se descubre por primera vez un sinnúmero de antiguas ciudades que habían yacido olvidadas durante largos siglos, al abrazo de las junglas de América Central y del Sur de México. Las descripciones escritas por los exploradores de estas ruinas rebozan un sentido de romanticismo y aventura y, con pocas excepciones, se caracterizan por su inexactitud y por imaginativas especulaciones sin base alguna. Entre los recuentos más notables de esta época esta el Viaje Pintoresco a Yucatán, escrito por Friedrich von Waldeck y publicado por primera vez en 1838. Emmanuel de Friedrichstal publicó Los Monumentos de Yucatán en 1841. La crónica más importante y seria de estos años es, sin lugar a dudas, la de John L. Stephens y Frederick Catherwood, cuyo título es Incidentes de Viaje por América Central, Chiapas y Yucatán. Se publicó en 1841 seguida, dos años después, por la crónica de un segundo viaje al área maya, publicada bajo el título Incidentes de Viaje por Yucatán. Estas dos publicaciones resultan invaluables, ya que Stephens y Catherwood no sólo descubrieron y describieron una enorme cantidad de antiguas ciudades (aún hoy, probablemente sigan siendo los descubridores del mayor número de sitios mayas), sino que se ocuparon de registrar con gran precisión los principales edificios y monumentos que encontraban, incluyendo sus medidas y su orientación. Asimismo, Frederick Catherwood fue el primer ilustrador profesional de estos vestigios, lo que les permitió hacer conocer al mundo los primeros registros fidedignos del area y la arquitectura de los antiguos mayas. Estos elevados niveles de exactitud requirieron de meses de viaje en las condiciones más difíciles que se puedan imaginar, así como trabajar incansablemente bajo el inclemente sol tropical, a menudo entre un ataque de paludismo y el siguiente.

Algunos otros exploradores que visitaron Uxmal en la segunda mitad del siglo XIX fueron Charles Étienne Brasseur de Bourbourg, el notable fotógrafo francés Désiré Charnay y William Holmes, quienes publicaron registros y comentarios en relación con las construcciones del sitio.

Entre 1886 y 1892, el fotógrafo y explorador austríaco Teobert Maler trabajó extensamente en el sitio, produciendo un registro fotográfico insuperable de muchas de las edificaciones de la antigua ciudad.

Eduard Seler y Sylvanus Morley publicaron, cada quien por su cuenta, sendos estudios de Uxmal hacia principios del siglo XX, si bien los trabajos en el sitio comienzan a ser más el producto de esfuerzos institucionales que el de individuos independientes.

En 1927, el gobierno de México inicia la restauración y la conservación del sitio, con la intención de atraer visitantes a Yucatán.

En la década de 1930, el Instituto de Investigaciones de América Media de la Universidad de Tulane lleva a cabo exploraciones arqueológicas en Uxmal bajo la dirección de Frans Blom. Entre otras cosas, dibujaron y midieron los edificios principales y prepararon planos detallados del Cuadrángulo de las Monjas y de la Pirámide del Adivino. También exploraron y realizaron planos generales del centro de Uxmal y de sus áreas circundantes. Entre 1937 y 1940, Manuel Cirerol llevó a cabo excavaciones exploratorias en las escalinatas oriental y occidental de la Pirámide del Adivino. Entre 1941 y 1947, José Erosa lleva a cabo la consolidación y restauración de esta edificación.

En 1941, bajo los auspicios de la Institución Carnegie de Washington, Sylvanus Morley lleva a cabo excavaciones arqueológicas en la llamada Gran Pirámide. Entre 1941 y 1942, también estudia los monumentos de la Plataforma de las Estelas y el campo de juego de pelota de Uxmal, al igual que el Grupo del Norte. Parte de estas investigaciones las habrá de publicar en su magna obra La Civilización Maya, en 1942. Otra obra importante e influyente de estos años son los dibujos de restauración arquitectónica que de los edificios de Uxmal lleva a cabo la gran mayista Tatiana Proskouriakoff.

En 1948, Alberto Ruz lleva a cabo trabajos adicionales en el juego de pelota y, entre los años de 1951 y 1953, trabaja en el Cuadrángulo de las Monjas, en la Pirámide del Adivino y en el Palacio del Gobernador.

Entre 1955 y 1973, los trabajos en Uxmal incluyen la exploración, consolidación y restauración de varias estructuras, tales como los grupos Norte y Sur del Cuadrángulo de las Monjas, el Templo del Cementerio, la Casa de las Tortugas y la Gran Pirámide.

Entre 1973 y 1974, Bárbara Konieczna y Pablo Mayer supervisan las obras necesarias para la instalación del espectáculo de Luz y Sonido en este sitio y también llevan a cabo la exploración de estructuras menores próximas al Cuadrángulo de las Monjas.

De finales de la década de los 70 a inicios de la de los 80, se trabajó por primera vez en el estudio de los patrones de asentamiento de Uxmal. Los resultados de este trabajo habrán de arrojar un mejor entendimiento de la estructura social de esta vieja ciudad.

Si bien no se pueden calificar estrictamente como trabajos en Uxmal, las investigaciones de Paul Gendrop y de H.E.D. Pollock deben mencionarse aquí, pues Uxmal forma parte esencial de sus estudios, alegatos y conclusiones relativos a la arquitectura de la región Puuc, de la cual Uxmal es el ejemplo paradigmático.



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