I. El Problema
La actual propuesta de la C.F.E. (Comisión Federal de Electricidad) de construir una presa hidroeléctrica en la sección conocida como Boca del Cerro del río Usumacinta, presenta un desafío formidable para la preservación de la ecología y la herencia cultural de México. |
II. Historia del Sitio
Chinikihá fue visitado por primera vez en 1898 por Teobert Maler, el connotado explorador que investigó gran número de importantes ruinas sobre el río Usumacinta entre finales del siglo XIX y principios del XX. Su visita fue breve, pero hizo una buena descripción de las ruinas que, en palabras de Maler, "presentan nobles proporciones" y registró un monumento de importancia, que presentaba jeroglíficos tallados (Maler 1901). No realizó mapa alguno de las ruinas y aún actualmente sigue sin existir un mapa adecuado o un buen recorrido exploratorio de las ruinas de Chinikihá. El monumento registrado por Maler, al que nos referiremos como Trono 1, se halló en el cuerpo de una gran pirámide en Chinikihá, en el sitio en el que lo habían dejado unos madereros en un frustrado intento de sacarlo de las ruinas. Maler supuso que sin duda habría otros fragmentos por descubrir en el mismo edificio y es posible que los fragmentos del trono registrado por Maler aún se hallen en alguna parte del sitio (la descripción de Maler no deja en claro el lugar exacto en donde lo halló). |
Dibujo de Teobert Maler de la inscripción
incisa en la parte superior del
Trono 1.
Su dibujo del texto grabado en la parte superior de la piedra revela importante información histórica, incluyendo el registro de dos fechas de entronización de reyes mayas que la literatura arqueológica no menciona en ninguna otra parte. Uno de los nombres reales puede leerse como K'inich B'ah Tok'. Es importante hacer notar que el registro asienta que este gobernante comienza su "reinado" (ajawlel), lo que sugiere de manera convincente que Chinikihá era un centro político relevante por derecho propio y no uno secundario, aliado con los centros vecinos de Pomoná o Piedras Negras (suponiendo, con buenas razones, que este texto se refiera a la historia local de Chinikihá). |
Maler también menciona en su informe que una de las cámaras que se habían conservado "contenía restos de pintura (grecas rojas)... pero su estado es tan pobre que me resultó imposible copiar el diseño" (Maler 1901:11). Estas pinturas aún puede verse actualmente y son más fáciles de discernir de lo que Maler sostuvo. Las "grecas" son, en realidad, ilustraciones de murciélagos en vuelo, pintados con líneas rojas y coloreados con un pigmento semi-transparente de tono rosado o anaranjado. Las líneas que se conservan permiten afirmar que se trata del trabajo de un gran pintor y que datan del período Clásico Tardío. | haga click para leyenda |
haga click para leyenda | Tras la evaluación inicial de Maler en 1898, Chinikihá prácticamente fue ignorada por los arqueólogos. No fue sino hasta la década de 1950 que el célebre mayista Heinrich Berlin visitó el sitio y elaboró varias notas sobre las ruinas (Berlin 1955). Mencionó las pinturas rojas a las que hizo referencia por primera vez Maler y también registró una gran escultura que representa una cabeza de serpiente y que probablemente fue una decoración arquitectónica. En 1972, Greene, Rands y Graham (1972) publicaron la calca de una escultura que se suponía provenía de Chinikihá y que actualmente puede verse en el museo arqueológico de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Se trata de un fragmento de una estela o pánel que ilustra a un señor sentado que sostiene una pequeña "barra ceremonial." (Ver calca de Merle Greene Robertson y fotografía de Eric von Euw.) |
Estos investigadores también publicaron un pequeño fragmento de texto recobrado en Chinikihá a finales de la década de 1960 y que actualmente también se halla en Tuxtla Gutiérrez. Se trata de uno de los mejores ejemplos de talla en piedra del área maya y estilísticamente es muy parecido a otros ejemplos provenientes de la vecina Pomoná y del más distante sitio de Palenque. La parte que sobrevive de la inscripción registra una fecha y la subida al trono de un rey llamado Aj Tok' Ti', quien presumiblemente fue gobernante de Chinikihá. (Ver calca de Merle Greene Robertson.) | haga click para leyenda |
En Febrero de 2003, los autores hicieron una corta visita a
Chinikihá, en compañía de Julie Miller, David
Pentecost, Alonso Méndez, Joel Skidmore, Ann Stuart y algunas
otras personas. Fue en el curso de esta visita que se tomaron algunas
de las fotografías presentadas aquí. La escala y
extensión de los restos arquitectónicos impresionaron a
nuestro grupo y se puso en evidencia la gran necesidad que existe de
llevar a cabo un estudio arqueológico serio de este sitio. Sigue
sin conocerse bien la superficie que cubren las ruinas, si bien es muy
claro que son de gran importancia tanto en el marco de la
arqueología maya, como en el de los recursos culturales de la
región.
III. Resumen e Importancia de las Ruinas A pesar de la carencia de una investigación arqueológica de largo plazo, se puede contar a Chinikihá entre los grupos de ruinas más importantes del lado mexicano del bajo Usumacinta. Las dimensiones de sus restos arquitectónicos indican la presencia de un asentamiento de primera magnitud en el período Clásico Tardío, si bien aún están por determinarse el tamaño y el alcance de estos restos. Las diversas esculturas que actualmentes se sabe provienen de Chinikihá se hallan entre las mejores halladas en el área maya. Es importante subrayar que los textos jeroglíficos de este sitio registran varias pistas muy tentadoras relativas a la historia de una dinastía local que, en apariencia, no fue de menor jerarquía que la de las vecinas Pomoná o Palenque. En otras palabras, todo parece indicar que Chinikihá fue el centro de su propio reino político. Actualmente, las ruinas y su futuro parecen estar en grave peligro, dada la renovación de las discusiones sobre la posible construcción de una presa hidroeléctrica en la zona próxima de Boca del Cerro. Se deben hacer todos los esfuerzos posibles para investigar no sólo a Chinikihá, sino a su periferia, pues de otro modo se corre el riesgo de perderlos para siempre bajo las aguas del río Usumacinta. |