Ubicada en las laderas septentrionales de las tierras altas de Chiapas por encima de la llanura de Tabasco, Palenque es famosa por su elegante técnica escultórica, por su arquitectura y por la tumba de K'inich Janaab Pakal el Grande, que debió ser una maravilla del mundo antiguo tanto como lo es del nuestro.

En Palenque, la ausencia de estelas queda más que compensada por su magnífica abundancia de escultura arquitectónica hecha de estuco y piedra; aquí y allá, restos de intensos colores en sus fachadas de piedra caliza evocan su desaparecida gloria visual. Irónicamente, algunos de sus mayores logros artísticos fueron producto de la adversidad, resultado de la necesidad de legitimidad por parte de sus reyes a raíz de derrotas militares y de las consiguientes rupturas en el orden de la sucesión dinástica.

Nuestro conocimiento de Baakal ("Hueso"), como el reino se conoció en la antigüedad, proviene de inscripciones retrospectivas producidas por Pakal y sus descendientes a partir de finales del siglo séptimo. La evidencia producida por el trabajo arqueológico es relativamente escasa, pues existen grandes áreas del sitio que aún no se han excavado, además de que estructuras como el Palacio se edificaron sobre fases constructivas más tempranas que no se han explorado todavía.

El nombre dado al antiguo asentamiento de Palenque—que es distinto del nombre del reino que éste controlaba—fue Lakamha', o "Gran Agua". El nombre puede ser una referencia a los muchos arroyos que fluyen a través del sitio y que forman cascadas en su bajada desde las terrazas más altas hacia la planicie al pie de las montañas; o bien podría ser una referencia específica al río Otolum, que corre a través del centro del sitio y pasa a un lado del Palacio a través de un acueducto.

Un segundo topónimo, Toktahn, podría referirse a otra ubicación en la que el reino se asentó originalmente.

Hay un tercer topónimo palencano que es mítico. Se supone que Muwaan Mat, progenitor de las deidades patronas de Palenque, accedió al status de ajaw en un sitio llamado Matwiil; y los gobernantes históricos utilizaban la fórmula "Divino Señor de Matwiil" como una forma de glifo emblema.

La historia mítica de Palenque comienza con la entronización de una deidad apodada por los estudiosos con el mote de GI el Mayor, ocurrida en el año 3309 antes de nuestra era, bajo los auspicios de otra deidad llamada Yax Naah Itzamnaaj.

Lo anterior se basa en Chronicle of the Maya Kings and Queens de Simon Martin y Nikolai Grube (2008:155-157, 159).

Los gobernantes de Palenque

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